Hace varios años, una mañana ni tan fría ni calurosa, se encendió la televisión como despertador. Tenía que prepararme para ir a clases (aún tomaba clases en aulas) y escuché entre adormilado y despierto el siguiente clip, y desde ese día nació mi pre-fanatismo a Tikitiklip, y en especial a este encanto de canción-cuento:
La señorita aseñorada
Esteras y esteritas, para contar peritas.
Esteras y esterones, para contar perones.
Esta era una vez una señorita
con sombrero blanco y muchos botones.
Y esta señorita tan aseñorada
nunca se reía y siempre lloraba.
Pasó un caminante:
¿Por qué lloras, niña?
Porque ya no tengo lo que antes tenía.
¿Pero qué tenías?
Tenía una rana, que todas las noches
croc croc croc cantaba.
¿Dónde está la rana?
Se fue a la laguna.
¿Y esa lagunita?
Está llena de agua.
¿Y dónde está el agua?
Se fue por el río.
¿Y el agua del río?
Hasta el mar llegaba.
Pobre señorita, de sombrero blanco.
Pobre señorita tan aseñorada.
Yo te doy mi mano que es como una rana
y mi amor te doy puro como el agua.
Y si quieres siempre te puedo cantar
croc croc por la noche como aquella rana.
Y el buen caminante, puesto en cuatro patas,
se puso a cantar croc croc como rana.
Y esta señorita tan aseñorada,
miró al caminante y ya no lloraba.
Y le dio la mano mientras lo miraba.
Y olvidó el croc croc y olvidó la rana.
Y esta señorita de sombrero blanco
con su caminante se reía tanto.
Y se le cayeron todos los botones
y se acabó el cuento, señoras y señores.
Para curiosear más detalladamente en toda la odisea tikitiklipniana, favor de pasar acá: http://www.ojitos.cl/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario