Para R. Carson.
Mijo querido:
Dicen que eres mi hijastro. Pero, achinga, cuando yo llegué tú ya estabas allí. Aunque me dicen que esa es la gracia de los hijastros. Mientras son ciruelas o duraznos, aún recuerdo como si fuera el año pasado y fuera sábado y festejáramos tu cumpleaños, todos juntos, tu madre, tú, todos los demás y yo, en la rueda de la fortuna, en la Alameda, saliendo del Diplomado de la Gente. Entonces aún no tenías a tu madre ni yo a ella ni ambos a ti. Entonces aún éramos todos felices. Entonces aún te parecías a mi sobrino. Ya no. No más. Nunca más. Nevermore.
Un abrazo, te quiere,
tu padrastro.
lunes, 27 de febrero de 2012
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