A veces uno puede desilusionarse de manera brutal de su país, con su país, por su país. Sobre todo en campañas electorales para la presidencia. Y a veces uno termina asqueado, fatigado, eso, decepcionado. Si de por sí, uno ya anda arrastrando cosas otras y deshaciendo cruces, pero... bueno. Por otro lado, sí, por otro, es bueno ver que en México no sólo se vive de impunidad, corrupción, manoseo psico-político-espiritual-cultural y otra mar de cosas tan humanas, tan mexicanas, tan nuestras de todos nosotros. Y bueno, es bueno toparse con esta clase de cosas para desvariar otro poco:
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