martes, 8 de febrero de 2011

Es un buen lugar para trabajar

Trabajo en una especie de circo, literalmente, literario: es decir, soy uno más en un equipo circense. Y uno tiene que hacerle a todo.

Por ejemplo: a veces me toca amaestrar signos ortográficos; otra veces darle de comer a las comas; a veces sólo espantar los gerundios y solecismos para que no molesten el sueño de las oraciones; otras ocasiones sólo cobro el boletito de la entrada: "Pase, pase, buenas noches, son 4 cuartillas de información, pase"; otros días tengo que limpiar la caca de las cacofonías; pero otras veces me dejan ayudar a vestir a las bailarinas sintácticas y hasta les ayudo a elaborar sus coreografías; hay días en que acompaño a los payasos y le hacemos cambios a sus rutinas informativas de chistes y oraciones: "No, no, aquí no puede llevar un verbo en copretérito porque si no pierde toda gracia"; otros días descansamos de todo el trabajo y nos ponemos a platicar (mientras comemos) cosas del trabajo (en teoría); en fin cosas así, uno tiene que hacerle a todo.

Es un circo pequeñito, pero agradable, y se aprende si se tienen las orejas y los ojos de los dedos bien abiertos. Aunque todavía no es un circo ambulante, que ande de ciudad en ciudad o de país en país, pues todavía tenemos poquito público, es un buen lugar para trabajar.

Ilustración tomada desde el Uruguay, desde el rincón ilustrado de Troche: http://portroche.blogspot.com/

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