domingo, 6 de junio de 2010

Si tan sólo hubieras sido sincero

La noche, la lluvia, el frío… si tan sólo hubieras sido sincero … las calles, las luces, los charcos… si tan sólo hubieras mentido de manera genuina, creíble… el viento, el árbol, el columpio… pero no, nunca quisiste hacer las cosas bien, nunca… el auto, la pared, la sombra… de no haber mentido, o de haber mentido bien, créeme cariño, todo hubiera sido diferente… los arbustos, la ventana, las cortinas… si solamente hubieras sido sincero, no conmigo, no, contigo mismo… la puerta, la cerradura, la llave… pero no, el señor no pudo serlo, no quiso serlo… la entrada, la oscuridad, el silencio… no, no quisiste ni siquiera intentarlo… las fotografías, los recuerdos, la ira… no por mí, no, no se trataba de mí… la cocina, el cajón, el pica-hielo… era por tu propio bien, cariño… el comedor, la sala, el pasillo… te importó un carajo todo: nuestras charlas, nuestros sueños, nuestro amor, pero sobre todo el amor… la puerta, la recamara, él… traicionaste toda la confianza… él, dormido, imperturbable… aparte de puto, ¡mentiroso!... el cuello, el pica-hielo, el cuello… y mandaste todo al caño, ¡todo!... los ojos, abiertos, más abiertos… ¡puto mentiroso, mentiroso!... el pecho, el cuello, el pecho… ¡puto mentiroso, mentiroso de mierda, mentiroso!... las manchas, los sollozos, las lágrimas… a estas alturas, todavía me cuesta trabajo creer que te creí… el sudor, el cansancio, las lágrimas… mentiroso… el silencio… silencio… silencio…

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